Una ventaja de la lombricultura es que las lombrices pueden consumir cualquier cosa que haya estado vida, incluyendo comida, estiércol y hasta a ti, pero no todo los alimentos son iguales. Como he comentado en otras ocasiones, la capacidad de las lombrices para consumir cualquier cosa y convertirla en humus puede ser una de las grandes soluciones para los grandes problemas de desechos que tenemos.
Sin embargo, cuando se trata de hacer fertilizante, que es una de las razones de peso para hacer lombricultura, distintos alimentos tienen distintos resultados.
Ojalá las lombrices comieran algo y le adicionaran lo que le falta, pero la realidad es que solo degradan la materia orgánica a su mínimo aprovechable, cualquiera que éste sea.
Es por eso que el humus que se obtiene del consumo de papel periódico y cartón solo sirve de relleno, porque su capacidad fertilizante es muy baja, si es que tiene alguna.
Así que, en pocas palabras, el poder fertilizante del humus viene de lo que le damos de comer a las lombrices. Claro que es necesario hacer pruebas para poder ver hasta qué punto es la diferencia, pero eso requiere recursos y tiempo, así que será un estudio que haré durante el año.
Por lo pronto, de acuerdo a mi experiencia, van en el siguiente orden:
Estos incluyen vacas, caballos, borregos o cualquier otra cosa que coma hierba. El estiércol es bastante distintivo en cualquier instalación que tenga algún herbívoro y, debido a la forma en que se aprovechan los nutrientes de la hierba, bastante abundante.
La lombricultura no solo ha servido como una manera de hacer fertilizante sino como una necesaria biotecnología para deshacerse de la enorme cantidad que las vacas y caballos sueltan todos los días. Eso sin contar con la de elefantes y rinocerontes, ya que varios zoológicos también utilizan lombricultura para compostar estiércol.
En fin, por pruebas que hice cuando andaba de ranchero y la literatura y proyectos que me ha tocado ver, puedo decir que el humus que se obtiene de estiércol es, con mucho, el que mejores resultados da a la hora de fertilizar.
Y bueno, es de esperarse. El estiércol tiene una gran cantidad de amoniaco, que por la acción de las bacterias se convierte en nitrato, uno de los fertilizantes más utilizados por las plantas para crecer. Es ese el olor distintivo del estiércol y por el que a veces no puedes ni respirar cuando pasa un camión transportando vacas.
El problema con esto es que, en la lombricultura urbana, es difícil conseguir estiércol para tu lombricultivo. La ciudad no tiene mucho espacio para caballos o vacas y puede resultar bastante caro, por no incluir incómodo, ir por una carga de estiércol al establo más cercano.
Este es el segundo en efectividad. No es tan bueno como el que se obtiene de estiércol pero es bastante decente a la hora de ayudar a tus plantas a crecer.
Como comemos varias cosas todos los días, la variedad ayuda a que se balancee un poco el fertilizante obtenido. De hecho, así como ocurre contigo, si le balanceas la comida a las lombrices, puedes conseguir el fertilizante que quieras.
Como el material de “cama” para el lombricultivo es bastante estándar (periódico y cartón), ya solo es cuestión de campechanearle lo que le vas echando de desechos. Si comes balanceado, también tus lombrices están balanceadas.
¿Quieres la solución? ¡Fácil! Solo hay que agregar el equivalente a la urea, que las vacas proporcionan abundantemente y que tú también puedes aportar. Me refiero, por supuesto, a la orina. Si te animas a hacerlo, nada más asegúrate de no estar tomando medicamentos, alcohol o alguna otra onda rara. Las lombrices comen de todo pero no tiene caso tenerlas todas tizas nada más porque te fuiste de farra.
Por cierto, yo no lo hago, pero tal vez lo haga como experimento cuando no me estén viendo. Y si estás diciendo ¡iugh, asquito!, recuerda que has ido a muchas albercas.
Esto ya lo comenté anteriormente. El humus obtenido de alimentar el lombricultivo con solo cartón y periódico tiene un poder fertilizante muy cercano a nulo. Esto no quiere decir que sea inútil: es material para recuperar un poco el suelo y contiene una carga bacteriana benéfica para cualquier cultivo, pero no contiene alimento para las plantas. Podríamos decir que es algo así como echarle sal a un taco. Puede hacerlo más rico pero no lo puede sustituir.
La alimentación de tus lombrices dirá que tan buen fertilizante van a producir. Si tienes bien medido todo, hasta puedes hacer un fertilizante a tu medida. Hay empresas que hasta te dicen cuanto porcentaje quieres de cada elemento fertilizante para alimentar a sus lombrices y dártelo exacto. ¡Qué tal!
Sin embargo, en estos casos la lombricultura casera tiene más valor como procesador de desechos que como fábrica de fertilizante. Aún así, cuidando la alimentación, bien puedes tener un fertilizante bastante decente, especialmente si te encuentras un caballo dispuesto a hacerte una donación de vez en cuando.
Por último, hay que tomar en cuenta de que no solo es cuestión de sacar buen fertilizante, sino de reproducir y tener felices a tus lombrices, pero eso es material para otra entrada.