PATOLOGÍAS DE LAS LOMBRICES


La lombriz californiana es un animal muy confiable dado que no sufre ni trasmite enfermedades (Cuevas, 1991), Tampoco produce impacto ecológico ante una eventual fuga a un medio natural. Es muy raro que ocurran enfermedades en criaderos de lombrices, en cambio es común encontrar daños ocasionados por las condiciones de la cuna.

Puede ocurrir que el hábitat sea alterado por la acción de bacterias, aire, calor o frío, así como también escasez o abundancia de agua. Otras causas pueden ser:

         Lesiones e infecciones producidas por acción de insectos o parásitos, la presencia de moscas y mosquitos, ciempiés, bichos, hormigas. Si la lombriz es herida cerca del clitelo puede infectarse y morir. La muerte del animal provoca una pequeña fermentación que causa daño a otras lombrices.

         La presencia de sustancias nocivas en la comida puede provocar una disminución de las lombrices y una pérdida de peso. En algunos casos afectan la musculatura de las lombrices impidiendo su locomoción o el apareamiento.

         Intoxicación proteica o "gozzo ácido". Este es un síndrome desencadenado por la presencia de un alto contenido de sustancias proteicas (no transformadas) en el alimento de las lombrices.

  Al ser atacadas estas proteínas por las enzimas que la lombriz posee en su sistema digestivo se da una alta producción de Amonio, presentando la lombriz inflamaciones en todo el cuerpo, muriendo a las pocas horas.

La presencia de este alto contenido proteico puede estar acompañado por un proceso de descomposición debido a la proliferación de microorganismos cuya actividad genera gases y aumento de la acidez del medio. Las lombrices se ven entonces obligadas a ingerir alimentos con una elevada acidez que no alcanza a ser neutralizada por la limitada secreción de sus glándulas calcíferas. Por consiguiente, el proceso de fermentación continúa en el buche y en el ventrículo del animal agravando el estado inflamatorio.

Los principales síntomas son: abultamiento anormal de la zona clitelar, las lombrices se vuelvan rosadas o blancuzcas, se quedan en el fondo de la cuna y disminuyen su actividad o mueren. Cuando pase esto es necesario controlar el pH de la cuna, removerla con suavidad para favorecer la oxigenación y regular las reacciones ácidas mediante el uso de carbonato de calcio.

Para tener un buen criadero, es necesario tomar las siguientes normas de prevención:

1.        Probar siempre el nuevo material, poniendo durante dos días algunas lombrices y controlando su estado de salud.

2.        Controlar la temperatura y el agua.

3.        Cuando se incorporen harinas comerciales o alimentos más fuertes, echarlos con precaución y en pequeñas cantidades.