Lombrices para reciclar la basura

Por PIEDAD MARTÍN* (SOITU.ES)
Actualizado 09-04-2009 10:28 CET

BOGOTÁ (COLOMBIA).- La vermicultura —el reciclaje de basura orgánica con lombrices— puede ser una alternativa ecológica a los convencionales vertederos. Las lombrices comen su mismo peso, por lo que un kilogramo de estos gusanos procesa un kilogramo de basura cada día. De hecho, la ciudad californiana de San Diego recicla sus restos orgánicos con el trabajo de 200 toneladas de lombrices.
C. Á.

En 1997, el vertedero de Doña Juana de Bogotá, considerado uno de los más grandes del mundo (recibe 6.000 toneladas diarias) colapsó. Unas 800.000 toneladas de basura se derrumbaron asfixiando a las poblaciones aledañas durante meses en una de las mayores tragedias ambientales que ha sufrido la capital colombiana.

A raíz de ello, la microempresa Abonarte, ideada por una asociación de ecologistas, tiene organizada una red de cien hogares, varios supermercados y algunas panaderías para reciclar material orgánico con lombricultura. Aunque esta iniciativa parece pequeña pues todavía no han llegado a su objetivo de procesar diez toneladas al mes de restos orgánicos, se trata de una solución interesante.

Y es que la vermicultura puede ser una alternativa más ecológica a los convencionales vertederos. Mientras la basura orgánica —desde tomates, a queso, pasando por pan— puede estar años descomponiéndose en un vertedero, las lombrices pueden procesar hasta el 90% de la basura en un par de meses.

Los esfuerzos para convertir los residuos orgánicos de las ciudades en abono o compost son, en general, pequeños y suelen limitarse a los pocos campesinos que recogen los restos de comida de hoteles, mercados de vegetales y restaurantes. También hay pequeños emprendedores que se dedican a recorrer la ciudad y los vertederos recogiendo materia orgánica. En Kano, Nigeria, se estima que el 25% del fertilizante que usan los campesinos aledaños proviene de las basuras municipales.

De todos modos, este negocio es complicado por los costes de separación (ya que los sistemas de recolecta mezclan residuos orgánicos e inorgánicos), los costes de transporte y el hecho de que, en la mayoría de los países, el coste de depositar la basura en vertederos es bajo y no hay por tanto incentivos para buscar otras alternativas.

A pesar de que a muchas localidades no les es fácil separar los residuos orgánicos y no orgánicos (por la infraestructura y gestión necesaria, pero también por la falta de conciencia de su gente) muchos han podido hacerlo con éxito. La empresa 'Canyon Conversions' procesa unas 400 toneladas de basura orgánica al año de San Diego, una ciudad californiana de unos 150.000 habitantes. ¡Esto lo consigue con nada menos que 200 toneladas de lombrices!

La vermicultura puede hacerse también comercialmente. En Rosario, la tercera ciudad más grande de Argentina, los residentes del barrio pobre de Empalme Graneros están utilizando la Eisenia Foetida o lombriz roja californiana para compostar restos de frutas y vegetales que utilizan en el abono de pequeñas huertas y para vender los gusanos a los pescadores locales. Es la Universidad del Rosario (Colombia) la que está enseñando a los residentes —la mayoría mujeres— estas técnicas de compostaje. En combinación con talleres de huertas urbanas, han conseguido que los participantes hayan aumentado la disponibilidad de comida e ingresos de sus familias.

Para los restaurantes, hoteles, supermercados y otros negocios que generan grandes cantidades de restos de comida, convertirlos en abono puede disminuir los costes del manejo de sus basuras e incluso generar ingresos. En California, Vons Companies Inc. y la cadena de supermercados Ralph Grocery’s Company, con más de 585 tiendas entre las dos, han reducido sus basuras en un 85% compostando los restos de flores, frutas, vegetales y el papel en productos que venden de nuevo en sus locales.

En los hogares, los vermicompostadores no ocupan mucho espacio, trabajan rápido y no generan olores. Además, ahorran el transporte de la basura lo que reduce emisiones de gases de efectos invernadero. Desde una solución ecológica para nuestros hogares, pasando por alternativas de generación de ingresos en barrios marginales a estrategias empresariales de ahorro de costos, la cría de lombrices para producir abonos orgánicos es una solución eficiente, barata y limpia.
¿Cómo compostar en casa?

Es muy sencillo. Lo primero es comprar un lombricompostador o hacerlo uno mismo. Existen varias marcas en el mercado: Reln, el fabricante Australiano del Can-O-Worms, FullCycle y Abundant Earth. El precio puede estar alrededor de 120 euros.Podéis colocar el lombricompostador en cualquier lugar de vuestra casa (cocina, baño, etc.) ya que no producen ningún olor. Instalarlo es muy sencillo y no necesita mucho espacio. Es muy fácil de usar, no necesita electricidad y casi no requiere mantenimiento.La siguiente etapa es conseguir las lombrices. No se trata de una cualquiera, sino de la voraz lombriz roja californiana que suelen encontrarse en tiendas de pesca, lombricultores de gran escala o entre algún otro lombricultor urbano con exceso de lombrices.Al vermicompostador se arroja todo los residuos orgánicos de la cocina como restos de fruta y vegetales, cáscaras de huevo, posos de café y té, papel de periódico, cartón, hojas de árboles, etc. Las cáscaras de huevo son esenciales. Las lombrices también necesitan una dieta variada.Al cabo de unos meses, podemos recoger el abono o humus, que es excelente para nuestras plantas. También podemos usar los lixiviados (el agua del drenaje del lombricompostador) como fertilizante mezclándolo con agua.

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